– Oír la lluvia golpear contra el cristal cuando estás en la cama.
– Salir a correr, que comience a llover y huela el petricor.
– Leer con música jazz instrumental de fondo y una vela encendida.
– Una sobremesa con alguien interesante.
– Un viaje en coche escuchando un audiolibro que te gusta.
– Un mar de nubes en la mañana cuando estás trabajando.
– Tener tu propio espacio de trabajo en que sentir paz para crear.
– Poder escribir un diario personal un ratito al día, ordenando por encima los acontecimientos más relevantes.
– Aprender algo que no sabías y que te será útil para avanzar.
– Un tazón de leche fría, cacao con grumos y unas bolitas de chocolate.
– Salir de la piscina y que el sol seque tu piel directamente.
– Un paseo en inverno, con gorro, bufanda y cien capas de ropa abrigosa.
– Una cama mullidita.